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Zona 4: "Difícil" para ejercer el periodismo

Ser periodista en México implica “tener mucho cuidado en el trabajo que se hace en campo y con las informaciones que se difunden”, asegura la periodista y representante de Reporteros sin Fronteras (RSF) en el país, Balbina Flores. La labor periodística es cada vez más difícil en esta nación, ya que a las constantes amenazas que viven los periodistas, los asesinatos y las desapariciones se suma una situación de impunidad frente a todo ello y un discurso que señala y estigmatiza a la 

prensa por parte del Gobierno y las instituciones. Además, en lo que va de 2022, han asesinado a 11 periodistas en el país. México está en la zona 4 del informe sobre la libertad de prensa de RSF, concretamente en el puesto 127 de 180.  

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“Por una parte, hay una libertad informativa, pero, por otra, hay un contexto de violencia generalizada en contra de la prensa

Balbina Flores, periodista y representante de Reporteros sin Fronteras

 

“Es, a veces, una contradicción. Hay, por una parte, libertad informativa, pero, por otra, hay un contexto de violencia generalizado en contra de la prensa que hace que México sea uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo”, afirma Flores. En México, además, no han parado de aumentar los asesinatos a periodistas desde la llegada de López Obrador al Gobierno. Sus tres años como presidente han sido el periodo más violento contra los periodistas mexicanos desde que se tiene registro. La organización civil que defiende la libertad de prensa, Artículo 19, tiene contabilizados 36 asesinatos durante su mandato, un 50% más de homicidios con respecto a los gobiernos anteriores de Felipe Calderón (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018).

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Esta situación de violencia continuada ha llevado a su normalización en el país. Las personas tienen que vivir diariamente con historias de secuestros, amenazas y asesinatos, que acaban convirtiéndose en datos: “Uno se acostumbra a este contexto, y lo más grave es que se va convirtiendo en algo normal cuando no lo es”. “La violencia se va incorporando inconscientemente a una situación normal, y no podemos ir normalizándola de esta manera”, concluye Balbina Flores. Y, aunque ejercer el periodismo no es -o no debería ser- sinónimo de arriesgar la vida, para muchos periodistas termina siendo una realidad. Frente a esta realidad, Flores aboga por formas de publicación colectivas, algo que va en contra del ideal de protagonismo de algunos profesionales.   

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Estos son algunos de los motivos por los que RSF ha incluido a México en la cuarta zona de su clasificación de la libertad de prensa en el mundo. En esta se incluyen aquellos países cuya situación con respecto a la libertad de prensa es “difícil”, y aparece señalizada en el mapa con el color rojo. En esta zona, hay un total de 51 naciones, sobre todo de Asia, África y América Latina. Entre ellos, están Afganistán, Palestina, Rusia, Emiratos Árabes, Sudán y México. 

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Venezuela, la "hegemonía comunicacional" del régimen 

El caso de la libertad de prensa en Venezuela es similar al de México, pero los periodistas no sufren la misma violencia. Este país ha ocupado durante los últimos años el puesto 148 de 180 del listado de RSF, por lo que estaba situado en la cuarta zona. Sin embargo, las últimas políticas del Gobierno y las relaciones con otros países han hecho que ahora descienda 11 puestos en la clasificación, hasta el 159. A pesar de ello, ya que no está muy abajo en la siguiente zona e históricamente ha pertenecido a la cuarta, sigue teniendo muchas características en común con esta. En Venezuela, lo que el presidente denomina "hegemonía comunicacional" ha coartado cada vez más la libertad de los medios de comunicación. “A diferencia de las dictaduras, la dictadura del proletariado o las dictaduras de derechas, aquí lo han hecho de manera progresiva, para que se vaya consolidando la no libertad de expresión”, declara el director de El Nacional, Miguel Henrique Otero. 

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Para Otero, el “problema más grave” al que se enfrentan las democracias en América Latina y, por tanto, el periodismo es el ascenso de los populismos: “En la mayoría de los casos, es de corte izquierdoso, pero también hay de derechas, y el populismo es enemigo de la libertad de expresión. Tan sencillo como eso. Los populismos tienden a coartar la libertad de expresión y los medios se convierten en enemigos del régimen inmediatamente”. Y, precisamente por ello, en Venezuela los medios de comunicación son unos de los principales objetivos del Gobierno, que ya ha llevado a cabo medidas para limitar o impedir la publicación en papel y controlar la información de los medios independientes. 

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Otero, además, ha sufrido en sus propias carnes esta situación por ser director de un diario independiente. Fue su abuelo quien fundó el medio, y él es la tercera generación en dirigirlo; sin embargo, precisamente por eso, ahora tiene que vivir en el exilio. Algunos de los periodistas que trabajan para su medio también han tenido que seguir sus pasos. 

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México y Venezuela son solo dos ejemplos de esos países en los que la libertad de prensa es cada vez menor, pero en esta zona se incluyen muchos más. Aunque la libertad de informar y de recibir información debería estar garantizada, testimonios como el de Balbina Flores y Miguel Henrique Otero muestran que en muchos lugares esto no es así en la práctica. A pesar de ello, los periodistas siguen defendiendo su profesión porque, aunque arriesgada, "es muy necesaria".

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