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Zona 2: "Más bien buena" para ejercer el periodismo

Pablo Gabilondo, periodista de El Confidencial y especializado en tribunales, lleva años ejerciendo periodismo de investigación en España. Ha destapado varias exclusivas, entre ellas figura una investigación conjunta en la que dieron a conocer los pagos que Iberdrola realizó al comisario Villarejo. Esta noticia provocó que el área de Inteligencia de la eléctrica elaborara un documento sobre los perfiles de los redactores. Otra exclusiva firmada por Gabilondo fue denunciar el falso 

doctorado de la política Cristina Narbona. Gabilondo tiene un amplio recorrido en materia periodística, por lo que ha vivido situaciones diversas y de diferente índole. Por este motivo, y tras una reflexión sobre la situación en el país donde desarrolla su actividad, el periodista valora la libertad de prensa en España como “envidiable”. Respecto a la libertad informativa, asegura que “las presiones se dan en momentos muy puntuales”. 

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El periodista de El Confidencial explica que el desarrollo de la actividad profesional en España goza, en rasgos generales, de una buena salud, ya que los medios no reciben presiones excesivas. Este país, situado en la zona 2, calificada como "más bien buena", ha descendido tres posiciones hasta ocupar el puesto 32 de 180 en el listado de Reporteros Sin Fronteras (RSF). Respecto al día a día de los periodistas de investigación, Gabilondo destaca que suelen recibir llamadas o intentos para convencerles de que la noticia que van a publicar no es cierta, pero no llega a haber coacción en ningún caso. Además, apunta que las condiciones que vive él en particular, al ejercer en un medio independiente, son "muy buenas", por lo que puede publicar cualquier información y contar con el respaldo de su medio. 

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“Tengo constancia de compañeros a los que, por desgracia, se les ha puesto

contra la espada y la pared”

Pablo Gabilondo, periodista de El Confidencial

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Aunque la situación en España es favorable para el ejercicio de la práctica periodística, existen factores que alejan al país de una mejor posición en el listado de RSF. Algunos medios de comunicación se alinean con determinados partidos políticos, lo que les aleja del rigor periodístico y de la búsqueda de la verdad. Esta polarización se ha fortalecido desde la llegada al Gobierno de la coalición PSOE-Podemos. Estos partidos políticos se han alejado de los medios oficiales de comunicación, estableciendo batallas dialécticas en otros soportes como las redes sociales. Además, las principales formaciones políticas suelen recurrir a los medios tradicionales afines para atacar a sus adversarios. Esto ha supuesto un auge del denominado periodismo de filtraciones

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Tanto en el periodismo de investigación como en el de filtraciones, la protección de la fuente es primordial. En este sentido, en España se han dado algunos casos en los que ha intervenido la Justicia para requisar material confidencial. Uno de los más mediáticos ha sido el de la periodista Blanca Pou, de Europa Press, a quien un juez le incautó su teléfono móvil durante la investigación del "Caso Cursach". Este suceso movilizó a los profesionales de la información tanto en España como en el extranjero, que no dudaron en manifestarse contra la medida del juez y argumentar que el secreto profesional no es un privilegio de los periodistas, sino un deber que garantiza la confidencialidad de las fuentes de información. Esta es la base fundamental del ejercicio del periodismo y permite que los periodistas garanticen el derecho de información de los ciudadanos. "No sé lo que haría si me quitan mi móvil o mi portátil... ¿Quién me volvería a coger el teléfono?", dice Gabilondo, quien sí ha tenido que testificar en un juicio, pero sin poner en peligro sus fuentes. 

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Además, Pablo Gabilondo expone la dificultad de acceder a los sumarios y la valía de este tipo de documentos para los periodistas especializados en investigación. Gabilondo apunta la complejidad para publicar una noticia a partir de múltiples fuentes. 

A estas dificultades hay que sumarle el esfuerzo añadido que tuvieron que realizar los periodistas durante la pandemia de la covid-19, para obtener información de fuentes oficiales y por tener que afrontar ruedas de prensa en las que no podían realizarse preguntas sin previa aprobación del Gobierno de Pedro Sánchez.

 

En líneas generales, la libertad de prensa en España es buena, aunque el país tiene margen de mejora, sobre todo, en relación a las presiones -sin llegar a la violencia física- que determinados grupos ejercen sobre los medios de comunicación que les son contrarios. Además, el Gobierno de Pedro Sánchez ha anunciado que comenzará rondas de contacto para valorar la regulación en una ley del secreto profesional de la profesión periodística, tal y como recoge la Constitución española vigente desde hace más de 43 años. Estos son tan solo dos de los principales puntos que deben mejorar para que las condiciones en relación a la libertad de prensa permitan a España ascender puestos en la clasificación de RSF. 

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Aunque en España la seguridad e integridad de los periodistas es mayor que la que se da en otros países, Gabilondo lo tiene claro: "Por muy románticos que podamos ponernos a veces, jamás una información puede valer una vida". La clasificación de RSF indica que los países presentes en la zona 2 constituyen el 20% del total de las naciones clasificadas en el informe. España comparte zona con Alemania, Estados Unidos y Burkina Faso

Burkina Faso, "La libertad de prensa ha experimentado un retroceso"

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Tiga Cheick Sawadogo es un periodista africano que trabaja en la Fundación Hirondelle en Burkina Faso, país que ocupa el puesto 41 de 180 en el listado de RSF. La libertad de prensa en Burkina Faso ha experimentado un retroceso notable en los últimos años, según explica Cheick Sawadogo. Esa libertad había sido lograda gracias al trabajo e incluso a la propia vida de profesionales de la información que lucharon por buscar y contar la verdad. Cheick Sawadogo señala que "no podría" existir la libertad de prensa en Burkina Faso sin la figura de Norbert Zongo, periodista de investigación asesinado en 1988.

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Los principales problemas que han llevado a que Burkina Faso haya experimentado un retroceso, tanto en la clasificación de RSF como en la libertad de prensa, son diversos. En primer lugar, la presión y el control que sufren los profesionales de la información por parte del Gobierno, especialmente los periodistas locales. Esto repercute en la dificultad que encuentran los periodistas para acceder a documentos oficiales y encontrar fuentes que quieran hablar con ellos. En segundo lugar, la precariedad que padecen los periodistas, en cuanto a sus condiciones económicas, propicia que exista la posibilidad de que estos terminen siendo corruptos o meros transmisores de la propaganda del régimen. 

 

El periodista de la Fundación Hirondelle apunta que el yihadismo es el tercer problema al que deben enfrentarse -el principal grupo en la zona es Ansarul Islam-.  Debido a esto, Cheick asegura que es prácticamente imposible hacer reportajes en el norte del país, en la frontera con Mali, con Nigeria y con Benín. 

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El problema más reciente al que tienen que hacer frente los periodistas es la llegada al poder del líder de la junta militar y presidente de transición de Burkina Faso, Paul-Henri Sandaogo Damiba. Tras el golpe de Estado, "las organizaciones de medios profesionales en Burkina Faso emitieron un comunicado para hacer sonar la alarma sobre las nuevas medidas adoptadas por la junta militar. Hay premisas que asustan. ¿Qué pasará mañana con el trabajo de los periodistas? Por ejemplo, cuando a un periodista se le prohíbe tomar la foto del presidente durante el Consejo de Ministros, o cuando le dicen que borre las fotos que ya tomó con su cámara". Estos son algunos de los motivos que comenta Cheick que tienen preocupados a los periodistas. 

Estos hechos crean un panorama negativo para el ejercicio del periodismo en Burkina Faso, especialmente para aquellos que son nativos, ya que estos son los que sufren una mayor coacción por parte del Gobierno, debido a la repercusión de sus publicaciones. En el caso de los periodistas extranjeros, disfrutan de ciertas ventajas y de una mayor libertad respecto de sus compañeros africanos. 

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“Los periodistas que no siguen la línea sufren presiones, tanto económicas como

a través de familiares y amigos”

Tiga Cheick, periodista de la Fundación Hirondelle

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Paradójicamente, España y Burkina Faso están en la misma zona del listado de RSF, cuando la realidad que viven los profesionales de la comunicación son radicalmente diferentes. Aun así, los profesionales de ambos países comparten su compromiso con la búsqueda de la verdad.

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