Zona 1: "Buena" para ejercer el periodismo
Kristoffer Ronneberg, periodista del diario noruego Aftenposten, ha pasado gran parte de su vida en el extranjero. Durante varios años, fue corresponsal en China y Estados Unidos para este periódico. Actualmente, se encarga de la edición internacional del diario. Precisamente, Noruega, su tierra natal, es el país que, por sexto año consecutivo, lidera la clasificación de países con mayor libertad de prensa, elaborado por Reporteros Sin Fronteras (RSF) y que incluye 180 países.
Tras Noruega, entre las primeras posiciones se encuentran países como Dinamarca, Suecia y Finlandia, lo que refleja la hegemonía de los países nórdicos como garantes de la libertad de prensa en el mundo.
En Noruega, los medios gozan de independencia y de la confianza de una amplia mayoría de la población. Así, el panorama mediático noruego ofrece un gran nivel de pluralismo y diversidad, lo que se materializa en un alto número de periódicos y revistas nacionales. En los dos últimos años, la libertad informativa en Noruega, y en general en los países con libertad de prensa, se ha visto especialmente dañada debido a la pandemia de la covid-19. En este contexto, los periodistas noruegos han sufrido limitaciones en materia de transparencia, al haberse reducido el acceso a la información oficial. Sin embargo, este fallo se convirtió en una oportunidad. Precisamente, para corregir esta situación, el Parlamento noruego encargó al Gobierno que proporcionara una orientación anual sobre el estado de la libertad de expresión y de la libertad de prensa. Este fue el origen de una nueva ley que regula la responsabilidad y libertades de los medios de comunicación y de los periodistas. El periodista Kristoffer Ronneberg señala que la Law Media Responsability da una “absoluta libertad para publicar la información necesaria e importante, para lograr una sociedad libre y abierta”, algo fundamental en una democracia.
“A veces, tenemos que preguntar dos o tres veces o incluso quejarnos antes de obtener la información, pero generalmente obtenemos lo que solicitamos”
Kristoffer Ronneberg, periodista de Aftenposten
Ronneberg también destaca que, a pesar del retraso con el que obtienen la información procedente de fuentes oficiales, y de que a veces les dan información incompleta, nunca les brindan información falsa. De hecho, Ronneberg señala que durante la pandemia pudo conseguir, prácticamente, toda la información que solicitó, aunque se la proporcionaban con algunos días de retraso.
Además, al igual que el resto de países nórdicos que pertenecen a la zona 1 de la clasificación de RSF, los medios noruegos se desenvuelven en un entorno político favorable. En general, los políticos se abstienen de tildar de fake news cualquier información que les es desfavorable y de denigrar a su autor. En términos generales, los periodistas trabajan en un ambiente seguro, en el que se registran casos excepcionales de violencia física. Uno de cada cuatro periodistas es, en determinadas ocasiones, víctima de amenazas, especialmente en redes sociales, según RSF. Ronneberg asegura que en Noruega nunca se ha sentido inseguro, amenazado o censurado.
“La libertad de prensa en Noruega es parte de una sociedad generalmente libre
y transparente donde el acceso y la información son garantizadas por la ley”
Kristoffer Ronneberg, periodista de Aftenposten
Tras la experiencia de haber ejercido el periodismo en China y Nueva York, Ronneberg recalca la importancia del sistema democrático para garantizar las libertades, en especial, el derecho de los ciudadanos a acceder a la información. El sector de los medios respeta un código ético común, y la Constitución, en su artículo 100, ampara la libertad de expresión y el derecho a la información pública. “La democracia significa el poder de la gente, y para que la gente tenga poder necesita saber lo que está pasando en la sociedad”, señala el periodista. Además, añade que precisamente esto es lo que les permite desafiar al Gobierno y ejercer su función de cuarto poder.
Ronneberg señala que ninguna información vale una vida. Del mismo modo, defiende que los medios tienen que publicar todo aquello que contradiga al Gobierno. Sin embargo, asegura que no publicaría nada que atente contra la vida de una persona.