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Los milenials, una respuesta a un momento social

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“No me acaba de encajar”, dice Nacho. Sin embargo, tanto él como Esther forman parte de los llamados milenials. Según la Fundéu, fundación cuyo objetivo es el buen uso del español en los medios de comunicación, el término milenial se refiere a los integrantes de la conocida como Generación Y, nacidos en las dos últimas décadas del siglo XX. Son personas que “destacan por ser individualistas, por contar con gran conciencia global y medioambiental, así como por haber crecido en una época de bonanza económica”, aunque conviven hoy con dificultades para entrar en el mercado laboral.”

 

El Instituto Nacional de Estadística (INE) calcula que en España hay un total de 9,5 millones de jóvenes pertenecientes a la Generación Y. Narcisistas, emotivistas, con un pensamiento muy a corto plazo y totalmente influidos por las tecnologías son algunas de las características que socialmente se les atribuyen. Pero ¿cuánto hay de verdadero en estas afirmaciones? 

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Sobre la Generación Y: ni cliché ni realidad 

Según los expertos consultados, como veremos más adelante, el individualismo y el narcisismo son dos de los rasgos característicos de esta generación, fomentados por el uso de las redes sociales, en las que proyectan una imagen personal parcial.

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Desde la silla en la que la entrevistan, Esther graba un vídeo para Instagram, al que añade el texto “aquí, siendo milenial”. Ahora, sus 1.091 seguidores podrán saber lo que está haciendo. ¿Es este comportamiento lo que hace narcisista a toda una generación? Al respecto, Nicolás P- Ortiz de Solórzano comentaba en el artículo de El País El narcisismo de los milenios, ese mito: “La teoría más simple y directa es: los jóvenes se hacen muchas fotos, las suben a internet y se publicitan a sí mismos = son narcisistas. No obstante, esa es una interpretación muy superficial. Al fin y al cabo, los retratos son tan antiguos como la propia humanidad y nadie cree que en el siglo XVIII eran ultra-narcisistas porque se pintaban a sí mismos al óleo”.

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Miguel Ortega, profesor de Antropología de la UFV, cree que los milenials son una respuesta a un momento social. Cuenta que el ser humano tiene una tendencia a ir mas allá de uno mismo, pero que, si vive en un momento embebido de individualismo, tiende a pensar que el sujeto es su propio Dios. Es decir, si los milenials tienen aires de individualismo, no es simplemente por hacerse selfies. Ortega afirma que es fácil caer en clichés, y aunque acepta que existe esta tendencia, no la relaciona únicamente con los milenials, sino con una sociedad de búsqueda del yo. De este modo, invita a las demás generaciones a reflexionar si están dando un ejemplo de vida entregada a los demás. 

"En el fondo hay un ser humano deseoso de grandes cosas y eso es lo que hay que descubrir",

Miguel Ortega, profesor de Antropología de la UFV 

“No pasa nada por tener un día malo”: el emotivismo
Nacho y Esther no dudan en afirmar que son mucho más sentimentales que racionales, que se dejan llevar por el corazón, la emoción. Viven en una sociedad que les impulsa a sentir, que les vende emociones, experiencias e historias de amor. Por ello, Nacho asegura que piensa muy a corto plazo: “soy tan emocional que lo que más me preocupa es el ahora”. Sin embargo, a Esther le gusta tener todo bajo control. ¿Está, en el dinamismo afectivo del milenial, el sentimiento por encima de la razón?

 

Para el profesor José María Alejos en la Generación Milenial la dimensión emotiva sí puede estar por encima de las otras. Señala que uno de los factores que lo motivan es el hecho de que los jóvenes reciben impactos no directamente de la realidad, sino que perciben una realidad mediada por la tecnología. Este emotivismo hace que al final el criterio de juicio ya no esté guiado por la búsqueda de la verdad o del sentido último, sino por “¿yo qué siento aquí y ahora? Por ejemplo, respecto del amor, la verdad es si lo siento, y el resto de manifestaciones del mismo que no tienen que ver con la emoción - sino que están vinculados con la voluntad y el compromiso - se dejan a un lado”.  Así, cuanto más intensa es la emoción, más auténtica creen que es la vida, asegura el profesor.

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Es muy sencillo. Este emotivismo puede llevar todo al extremo. Esther cree que “basarse sólo en el sentimentalismo te puede hacer perder el norte”.  Por eso Nacho no aguanta las carpetas llenas de frases positivas: “no pasa nada por tener un mal día, el sufrimiento también es necesario”. 

Según el estudio Barómetro juvenil de vida y salud, realizado por la FAD y la fundación Mutua Madrileña, uno de cada cinco jóvenes españoles de entre 15 a 29 años sufre un cuadro de depresión. Y es que los propios milenials confiesan que es difícil vivir con el “no”. El doctor Ortega cuenta que la frustración proviene de una falta de realismo, “la vida real no es la vida que a nosotros nos gustaría, sino la vida tal cual es. Para realizarse hay que vivir la realidad”.

La influencia de la tecnología

Es inevitable ver a gente andando por la calle mientras interactúa con su móvil. Forma parte del día a día de la sociedad y, en especial, afecta al milenial español: un 65% solo desconecta una hora al día, según un estudio del Observatorio de Redes de la consultora The Cocktail Analysis. Y lo que es más, el 18% de los jóvenes españoles son adictos a internet, un dato ofrecido por el Ministerio de Sanidad que ha reconocido por primera vez las patologías relacionadas con el uso de las nuevas tecnologías. Ha habido un cambio en la forma de relacionarse de la generación milenial respecto a generaciones anteriores. Para el profesor Alejos esto se debe al modo de comunicarse, en el que la tecnología juega un papel crucial.  Entre los miles de “amigos” que tienen en las redes sociales, ¿con cuántos se toman un café? “Hay un porcentaje alto de personas con las que el único vínculo de relación que tenemos es a través de la tecnología. Esto hace que la presencia del otro empiece a ser, por un lado, algo más anhelado y, por otro, no le damos suficiente importancia a la presencia de la persona”.  En realidad, están expresando algo que va mucho más allá de cualquier moda “cuando una persona tiene mucha actividad en las redes sociales no es que esté alienado, hay que ir hasta el fondo: hay una necesidad muy humana de vinculación con los demás, conmigo y con el mundo”, explica el profesor. 

La búsqueda del sentido
Si el hombre necesita dar un sentido a su vida ¿dónde lo busca el milenial? “Claro que los milenials tiene sus porqués y sus cómos, lo que pasa es que a veces las motivaciones se manifiestan de forma distinta a las nuestras, a pesar de ser en el fondo las mismas. Es verdad que esos cómos a veces parecen inmediatos, por eso lo que hay que buscar es que se den cuenta de que hay algo más. Cuando estudian, lo hacen para un futuro, está presente, pero hay que saber dónde buscar ese punto de motivación mayor”, aclara Ortega. Según datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), en una escala de 50%, un 47,7 % de los jóvenes, entre 18 y 24 años, se consideran no creyentes. El 3,4 restante son religiosos practicantes. Por su parte, entre los jóvenes que tiene de 25 a 34 años, el 41,6% no son creyentes.

Para el profesor Chema Alejos, para poder dar sentido a la existencia es necesario tener conciencia de un tema tan maquillado y edulcorado en la sociedad actual como es la muerte. “No puede haber proyección a largo plazo sin conciencia de toda existencia humana. Eso me permite poder vivir el presente de un modo diferente”. Algunos encuentran la respuesta en Dios y otros se plantean si se trata de la respuesta fácil frente al miedo al final. Pero en una cosa están de acuerdo los milenials, buscan ser felices.

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