Los milenials, inflados por una educación que no desarrolla su capacidad crítica
Las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) y las diversas leyes orgánicas en el sistema educativo son los dos factores que han caracterizado la educación que han recibido los millennials. Desde 1980 hasta 2013, periodo en el que los millennials asistieron a los colegios e institutos, existieron seis planes de estudios diferentes: LOECE (1980), LODE (1985), LOGSE (1990), LOCE (2002), LOE (2006) y LOMCE (2013). Cada una de estas modificaciones legislativas coincide con el cambio de Gobierno en España. Es decir, tras las elecciones generales, la Administración ponía en marcha un cambio en el plan educativo anterior.
No obstante, aunque esto supuso inestabilidad en la educación de los millennials, Vicente García Pla, miembro de la Escuela de Liderazgo de la Universidad Francisco de Vitoria (ELU) y profesor de Tecnología y Sociedad del Conocimiento, asegura que todos estos planes de estudio coinciden en un punto: “se ha trabajado sistemáticamente para hacer contenidos cada vez más empaquetados y menos relacionados unos con otros”. Esto supone que los alumnos pierdan capacidad de abstracción y comprensión del entorno y, por ende, “sean más manipulables”. Según el experto, los millennials se han visto influidos por una educación que no ha buscado desarrollar su capacidad crítica. Esto significa que no les han enseñado a “responder con libertad a las grandes cuestiones”.
Este es otro problema que García Pla afirma que existe en esta generación. La educación ha dejado de lado la necesidad de responder a las grandes cuestiones porque ha desaparecido el “sentido de religiosidad”, un factor que el experto asegura que forma parte de cualquier sociedad en auge. Uno de los objetivos de la educación, según el miembro de la ELU, es formar verdaderos líderes. No obstante, si no se responden las cuestiones fundamentales durante el colegio y la universidad, esto no es posible. García Pla describe a un líder como una figura “que provoca adhesión y que se identifica con la aspiración humana de crecer”. Según el experto, el problema se encuentra en que la sociedad actual no entiende correctamente el concepto de líder, le falta averiguar en función de qué se es líder.
Otras cuestiones que han afectado a los millennials desde un punto de vista educativo han sido los profesores y las instituciones educativas. Según Antonio Alonso, doctor en Economía, Dirección y Gestión de Empresas de la Universidad Sergio Arboleda, en España existen universidades “que tienen más de 500 años” y que “se han adaptado y reconvertido en sintonía con lo que la sociedad demanda”. El problema actual es que, según el experto, las instituciones están obsoletas.
Tanto García Pla como Alonso coinciden en que mucha información no significa mucho conocimiento. Cuando se les pregunta a Nacho y a Esther qué opinan del sistema en el que han sido educados, ambos responden con una palabra: “horrible”. Está centrado en “memorizar y vomitar”, asegura Nacho. “El mayor problema que veo es que en la universidad seguimos igual”, afirma Esther. Vicente García Pla explica que un profesor debe ser un líder que guíe a los alumnos hacia su crecimiento personal y profesional. Sin embargo, si este “llega a clase y solo suelta verborrea o generalidades, cómo le van a seguir”.
“La misión del profesor es ayudar a profundizar o explicar aquello que cuando los alumnos se enfrentan a un libro no son capaces de responder por sí mismos”, explica García Pla. Alonso asegura que los estudiantes necesitan “desarrollar actividades prácticas o estar cerca de un líder que enseñe”. Asimismo, los docentes deben comprender una característica fundamental de los millennials que reflejan los profesores de la Universidad Tecnológica Nacional de Buenos Aires Zulma Cataldi y Claudio Dominighini en su estudio La generación millennial y la educación superior. Los retos de un nuevo paradigma: la autodidaxia. Según el estudio Características del uso de Internet en estudiantes universitarios, presentado en 2014 en el Congreso Iberoamericano de Ciencia, Tecnología, Innovación y Educación, el 95% de los estudiantes universitarios utilizan Internet con fines educativos. Es decir, los milenials acceden a la información que contienen sus libros a través de la web y, de hecho, la completan. Esto es un factor importante, puesto que, como recogen Cataldi y Dominighini, “pueden prescindir de la mediación de un tutor, pues ellos mismos se hacen cargo de sus propios aprendizajes”.
Por lo tanto, queda patente la influencia de las TIC en la educación de los milenials. Desde 1985 hasta la actualidad, los gobiernos españoles han puesto en marcha la incorporación de las nuevas tecnologías en las aulas. Según García Pla, esto es beneficioso, porque la “tecnología es fabulosa”. El problema es que, en vez de enseñar competencias digitales, se ha enseñado técnica digital. Esto último hace referencia a la capacidad de manejar un programa de edición, un documento digital,
un proyector, etc. En cambio, las competencias digitales tienen unos objetivos diferentes: pensamiento crítico, detección de falacias, navegar entre mucha información y saber lo que es la seguridad y la privacidad on line. Esto es algo que los profesores deberían saber, como líderes de los alumnos, para poder enseñárselo a los estudiantes.
Ante estos aspectos, García Pla da una respuesta de lo que es un millennial como fruto de la educación que han recibido y aclara cuál es la misión del profesor, los colegios y la universidad.
"Tienen menos recursos para disponer de una personalidad bien formada y, sobre todo, capacidad para pensar con libertad. Eso se lo tenemos que dar nosotros", Vicente García Pla miembro de la ELU UFV